Si hay un elemento vibrante, espectacular y que te mantiene al borde del asiento en Challengers (Desafiantes) son los partidos de tenis. La nueva película de Luca Gudagningo protagonizada por Zendaya, Mike Faist y Josh O'Connor se mete de lleno de un triángulo amoroso cuyas relaciones se expresarán por completo en la cancha.
La historia gira en torno a Tashi Duncan (Zendaya), una joven prodigio del tenis que entabla una relación amorosa y de amistad con Art Donaldson (Faist) y Patrick Zweig (O'Connor), dos amigos y tenistas que pronto verán su amistad hecha trizas cuando comienzan a competir por la atención y el afecto de Tashi. Desde el inicio, la película nos lleva por un ida y vuelta a lo largo de 13 años de relación entre estos tres personajes, cuyo presente se desarrolla en un vibrante partido de tenis donde estos rivales vuelven a enfrentarse.
Guadagnino y la magia del cine al servicio del tenis
Lo cierto es que Guadagnino no quería hacer una película de tenis. Incluso, declaró que no sabía nada del deporte antes de comenzar a trabajar en el filme que cuenta con un intenso guion de Justin Kuritzkes. A partir de allí, el cineasta italiano decidió que todas aquellas escenas que se desarrollan en la cancha de juego, no debían lucir como habitualmente las vemos en televisión. Con una cámara fija detrás del jugador o un plano general de la cancha como acostumbramos ver.
Para cambiar la dinámica y adaptar el juego a las emociones de cada uno de los personajes, el director comenzó a hacer storyboards para la mayor parte de las escenas, algo que habitualmente no hace. Incluso construyó una miniatura de una cancha de tenis para planificar cómo llevaría a cabo las tomas, especialmente las de toda la secuencia final que tiene lugar durante el enfrentamiento entre Art y Patrick, en donde la perspectiva va de un lado al otro de la cancha de forma frenética. Incluso llega a adoptar la perspectiva de la pelota que rebota de un lado aotro, y hasta una toma desde abajo de la cancha como si el piso fuera de cristal.
Dicha escena llevó 10 días de filmación, pero requirió una planificación de 8 meses en donde Guadagnino, junto al director de fotografía Sayombhu Mukdeeprom y Brad Gilbert, el entrenador, comentarista televisivo y extenista profesional quien asesoró en el desarrollo de las jugadas de tenis, debieron planear de forma muy meticulosa cada una de las escenas.
"Sentí que la precisión y la estructura del guión debían ser muy claras y estar cuidadosamente incluidas en la película. Así que quería asegurarme de que todo estuviera ahí", explicó Guadagnino.
Una de las más espectaculares es la de la toma a través del piso de cristal, que nos brinda una vista de los cuerpos en movimiento de ambos jugadores. Para su puesta en escena, Mukdeeprom construyó una plataforma para los actores, con la cámara debajo y una línea del horizonte cuidadosamente trazada para centrar la atención del espectador. Como curiosidad, la idea de esta toma fue tomada de Suspiria, la película de 2017 que Guadagnino dirigió con Tilda Swinton y Dakota Johnson, y que es un remake de la cinta homónima de Dario Argento de 1977. El director explicó que había una escena en dicho filme en donde el personaje de Swinton recorre la academia de baile desde su perspectiva bajo un piso de cristal, algo que no pudo llevar a cabo en ese entonces debido a las limitaciones presupuestarias. "Pero siempre lo tuve en mente. Así que dije, 'Si no va a ser danza, será tenis'", dijo en conversación con el podcast Filmmaker Toolkit de IndieWire.
La toma desde la perspectiva de la pelota también significó un desafío para el director y su equipo. Hubo una gran cantidad de pruebas en preproducción, ya que inicialmente esperaban poder crearla sin efectos visuales. Pero inmediatamente surgieron preguntas sobre ¿cuál sería su trayectoria? o ¿a qué velocidad iría la pelota?, por lo que debieron recurrir a efectos visuales para lograrlo.
¿Los actores juegan al tenis de verdad en Challengers?
La respuesta sería sí y no. Uno de los requerimientos de Guadagnino es que los tres intérpretes, Zendaya, Faist y O'Connor, debían lucir como tenistas desde el punto de vistafísico. Para ello, los tres actores entrenaron juntos con un equipo de profesionales durante seis semanas, y así poder asemejar sus físicos a los de un tenista profesional.
Adicionalmentelos tres tomaron clases de tenis para aprender los aspectos básicos del deporte en cuanto a posición, cómo servir un saque, hacer un revés o un remate. Pero dado el poco tiempohubiese sido imposible que los tres actores lograran un nivel de juego profesional como el que se muestra en la película. Para ello debieron pasar rigurosas sesiones de entrenamiento con dobles para ensayar los movimientos previamente coreografiados por Gilbert, quien diseñó los partidos y los sets de juego.
Al mismo tiempo, el equipo sedio cuenta que sería imposible lograr un nivel de juego que coincidiera exactamente con el guión de Kuritzkes, especialmente en tomas repetidas. Para ello, la solución fue quitar las raquetas y la pelota. En la mayoría de las tomaslos actores solo sostenían el mango de la raqueta, haciendo los movimientos previamente ensayados, por lo que tanto las raquetas como la pelota fueron generados por computadora.
La combinación de todos elementos, junto a la electrizante banda sonora de Trent Reznor y Atticus Ross, y el montaje de Marco Costa, hace que Challengers sea un sinónimo de la magia del cine en su máxima expresión, sumado al talento de cada uno de sus jugadores.
